Tantos motivos que nos hacen perder lagrimas, con o sin motivo.
De nuestros ojos embalses que quieren salir a cuenta gotas.
Ojala pudieramos controlarlas, pero no es el caso, ese sentimiento o causa llega a ser tan fuerte que produce que derramemos rios por nuestros carrillos, que desenbocamos en manos o pañuelos.
Esos rios que a veces nos hacen sentir bien, otras nos siguen haciendo mal.
Las lagrimas tienen el poder de limpiarnos el alma.
Hugs, perdida.

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