Aun recuerdo algo que leí, una habitación del grito, una sala acolchada donde puedes gritar sin ser escuchado por nadie, me encantaría que existiera un lugar así, donde poder expresarme con libertad sin ser oída, poder echar todos mis males a fuera, esos que luchan por salir de mis labios, esos que mantengo en una cárcel entre mis dientes.
Reprimida, con opiniones que callar me resigno a seguir con la cabeza agachada pasando desapercibida.
Hugs, perdida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario