Ruido, sonido, entra por esa pequeña ranura de la correa de la persiana mientras poco a poco caigo en los brazos de morfeo mientras recuerdo su semblante, ese que tan bien tengo memorizado, a la atente llamada de mi padre para mandarme a dormir. En mi cabeza ruedan pensamientos, dudas que emergen, y parpados que caen. Y es que cada vez se menos que hacer, olvidar o hablar, y al final el río dejo pasar. Sueño despierta, con miedo y enfado, pocas sonrisas y cada vez más falsas. Piezas de puzzles que no encajan mientras intentamos avanzar las manecillas del reloj nosotros mismos para que pase más rápido sin éxito.
Hugs, perdida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario